Y en la orilla, descalza, ella le dijo:
"Donde la calma cimbrea el silencio y parece quebrarse la noche, hay un instante en que te pienso y te veo. Apareces difuso, para luego quedarte instalado en el secreto recodo de mi pecho".
Él no contestó nada. Cerró los ojos y la vio en sueños.
:') Bonito, jeje
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