Estos chicos nuestros aderezan siempre el escenario de la clase con toda suerte de "cuñas", improvisaciones y payasadas. Y si, para colmo es viernes, la suerte está echada, amigo profesor... Nos olvidamos de la sintaxis y recurrimos a contenidos más asequibles, pequeñas lecturas y apartados más apetecibles, como, por ejemplo, el "proceso de la comunicación"...
"Como ya sabéis de otros años, el término "comunicación" procede del latín "comunicatio, comunicare", que vendría a significar, "entenderse con alguien". El proceso necesita de la participación de una serie de elementos que no pueden faltar bajo ningún concepto. Existe siempre un emisor, encargado de elaborar el mensaje lingüístico conforme a sus intereses e inquietudes; el contenido del mensaje se formula con los signos del código (en nuestro caso, el código es el español, el idioma elegido para entendernos) y es trasvasado al receptor por medio del canal. Una vez recibida la señal emitida, el receptor la decodifica y procesa. Dicha interpretación del mensaje tendrá en cuenta la situación, o sea los factores contextuales...
Pensad en la comunicación que establecéis con un amigo por "whats'app". Parece claro quién es el emisor y cómo, movido por unos intereses concretos, codificará su mensaje con palabras, emoticonos o imágenes y lo hará llegar, por medio de la lengua escrita y a través de una aplicación del teléfono, hasta el receptor. ¿No es así?". " Sí, claro, profe. ¿Lo podemos poner así en el examen? -"Bueno, hombre, esfuérzate por contar otras muchas cosas que os he explicado es este punto del tema...".
Así termina mi clase de hoy. Parece que va muy descargada de contenidos, pero creedme si os digo que sólo conseguir que guarden silencio, que no se griten ni se dediquen perlitas, es todo un reto. De manera que no parece estar nada mal conseguir que interioricen, un viernes cualquier, tres conceptos básicos. He puesto el remate a la sesión con la grata sensación de haberles explicado con claridad y pulcritud el tema de la comunicación... (Jeje, ingenuas suposiciones que caerán, cual castillo de naipes, el día del fatídico examen).
Y la satisfacción como docente ha durado lo que ha tardado en acercarse a la mesa mi alumno Marius. De nacionalidad rumana, estoy casi convencida de que este chico de ojos marrones e impertérrita sonrisa es tan listo que sabe hasta leer arameo al revés y con los ojos cerrados.
-"Dime, Marius, ¿en qué puedo ayudarte?...
-"Profe, ¿Tú sabes cómo funcionaba el "messenger" del facebook antes? Ahora ha evolucionado, para resultar más accesible a los usuarios. Ha perdido en posibilidades, pero ha ganado en funcionalidad, para que cualquier ciudadano de "a pie" pueda utilizarlo. Pues con "whats'app ocurre lo mismo... ¿Sabes?
-Marius, ¿por qué dices esas cosas? Si ya va a empezar el recreo, hombre...
Me dedica una fina mueca con la que me viene a decir, "Ja, déjame que te cuente y verás". He ido sacando mi bocata y mi mandarina para no perder ni un minuto de descanso en cuanto el chaval me contara este asunto según él tan importante. Dos bocados después, el susodicho ha aprovechado que yo masticaba con cara de "por favor, acaba que me quiero ir" para decirme: "mira, profe, yo puedo saber perfectamente con quién hablas y de qué hablas con tu "Whats'app"; es una aplicación tan ingenua y tan poco encriptada que con tan solo un ordenador y sabiendo tu número móvil puedo "hackear" la cuenta y tener acceso a los contenidos y perfiles de usuario".
¡Glub! He tragado bocata, saliva y el orgullo adulto. No ha sonado para nada a amenaza; el muchacho, con su acento del Este y su don comunicativo me ha confiado con satisfacción una de sus habilidades fundamentales, de índole lógico- matemática...
-"Pero, Marius. ¿Te me vas a hacer "hacker" o qué?, le replico con ánimo de alimentar su ego y subrayar lo mucho que me admira su potencial.
-"Sí, bueno, me haré de la legión de "Anonymous".
- "¿Perdona? Válgame, Marius, vas a hacer que me atragante. ¿De qué me estás hablando?".
- "Pues de un grupo global de "hackers" informáticos que, de manera anónima, pretende defender la libertad, para lo que boicotean las páginas de aquellos que quieren hacer el mal, como los terroristas...".
-Pero tú, con 12 años, ¿cómo has aprendido a hacer todo eso?
-"Profe. Está todo en "YouTube". Dime tu número de móvil y te lo demuestro..."
-"Marius, el Anonimus, ni lo sueñes, pero recuérdame que te ponga directamente un 10 cuando haya que hacer el examen sobre el proceso de la comunicación... ".
Y así me he ido al recreo, con la cara de póquer o de "jaque al rey". Ya con un café en la mano y volviendo a la anécdota con mi alumno, el inquietante "hacker", he llegado a dos conclusiones:
La primera es que Marius evidencia cuál es la dirección correcta hacia donde deberían dirigirse los esfuerzos en materia educativa. Trabajar en competencias debe ser eso, conseguir que un alumno lleve a la vida práctica el aprendizaje adquirido en la escuela y que lo incorpore a su vida. Solo viendo la utilidad a las cosas sentiremos interés por conocer más acerca de una determinada área de conocimiento. Creemos que los profesores deben seguir transmitiendo contenidos teóricos, como el del proceso de la comunicación que viene en el libro de Lengua, y resulta que la realidad transita en paralelo y que mi alumno acaba de darme siete mil pares de vueltas.
Señores compañeros docentes, ilustres políticos y cabezas pensantes a quienes tanto les gusta parchear la normativa educativa, dejémonos la fórmula teórica, el manual académico y sesudo. Debemos comprender que no habrá aprendizaje real si empleamos un código distinto al que manejan los alumnos; si seguimos pretendiendo que los conceptos sean memorizados sin más. El cerebro es un formidable disco duro que debe rentabilizar su espacio y su potencial; ¡qué pena malgastarlo y no darle la oportunidad de aprender a la inversa, no del libro a la realidad, sino de la realidad al libro, es decir que la experiencia del mundo nos conduzca a reflexionar sobre los procesos técnicos que rigen el mundo... Marius ha entendido el tema 4 gracias a "Whats'app" y a "Youtube", no gracias a mí.
Por otra parte, y como guinda a mi aportación de hoy, sería más que oportuno señalar que todos deberíamos, después de las revelaciones de Marius en materia de comunicaciones, ser muy celosos de nuestro "guasap" y prudentes con los contenidos y manifestaciones, verbales o icónicas. ¡Ojo con urdir ningún complot ni criticar a la vecina del quinto! Lo más privado e infranqueable es tomarse un café y practicar la conversación según los usos analógicos
Emoticón wink
Alguien puede "jaquearnos" anónimamente.
Lo del "hackeo" del whatsapp era antes de algunas actualizaciones ya que incorporaron una nueva sección llamada Whatsapp Web, que te sirve para enlazar tu cuenta de Whatsapp con otros Dispositivos, (lo único que hay que hacer es entrar en esa sección, y a la vez entrar desde el dispositivo con el que quieres conectarte a ese teléfono a la pagina web, escanear el código QR (no tarda nada, unos 4 segundos) y ya está) y así "hackeas" el Whatsapp. (digo hackeas entre comillas porque no es exactamente eso...) Así que yo os recomiendo que no dejéis vuestro móvil al lado de nadie de quien no confiéis mientras vais al baño...
ResponderEliminarGracias,"pequeño gran Marius". Aquí, un gran alumno.
Eliminar