Instantánea tomada desde la cápsula lanzada el pasado día 3 de septiembre, en Toledo, por el equipo de "InZpace" |
"Lejos de mis huellas, de mi casa, de la gente, de mi mundo. Siguen ahí abajo, pero ahora se confunden con otras huellas, casas, gentes y mundos. Me separa de ellos un velo de nubes que apenas me deja distinguir la tierra de los mares.
No pensé que fuera posible tanta belleza, tanto silencio. Se pararon de repente las agujas de mi reloj; creo que también, por instantes, se me ha parado hasta el corazón. Gracias por el oxígeno, compañeros, pero, contemplándoos desde aquí, frente a esta imponente curvatura azul, no necesito respirar porque apenas siento mi cuerpo, ni que parpadeen ya mis ojos. Indeleble, eterna, queda sublimada esta irrepetible imagen...". Operación InZpace (03/09/17)
Tres colegas y amigos, ingenieros aeroespaciales, han terminado haciendo realidad un sueño, tomar fotografías de la Tierra desde el espacio. Este ha sido su décimo lanzamiento; la cápsula, que está provista de los dispositivos necesarios para tomar fotografías e ir informando de su ubicación, consigue ascender y alcanzar la estratosfera gracias a un gran globo de helio.
Esta experiencia requiere muchísima preparación logística, así como varios permisos oficiales para poder realizar el lanzamiento de la cápsula a la atmósfera. Una vez alcanzada la estratosfera, el globo explota y da comienzo el descenso y la segunda gran aventura para este equipo de apasionados ingenieros, el seguimiento y localización de la cápsula en tierra.
Un fascinante reto técnico con el que aprender ciencia y tecnología y también tomar conciencia de lo pequeños que somos y de la belleza de nuestro mundo. Conocemos con más detalle la expedición estratosférica de la mano de Lorenzo Tarabini, ingeniero aeroespacial y promotor de esta aventura.
¿Cómo surgieron la idea y el equipo humano de InZpace?
Hace un tiempo, un amigo me habló de un chico que había lanzado a la estratosfera un Iphone atado a un globo. Por supuesto, era de Estados Unidos. La noticia me pareció muy curiosa y empecé a buscar más datos sobre el tema. Al cabo de una semana, estaba completamente enganchado a la idea y empecé a diseñar una misión.
Hablé con un compañero de trabajo, Guille, al que, de repente, se le iluminaron los ojos. Apenas dos días después, se había enterado toda la oficina y se nos acercó otro interesado, Rafa. Sin darnos cuenta, ¡acababa de nacer InZpace! Hay que decir que nosotros nos dedicamos profesionalmente al diseño de sistemas software para satélites, de manera que ya no debe resultar extraño el éxito de mi iniciativa. Lo que que ocurre es que, en nuestro trabajo, en contadas ocasiones vemos el satélite de verdad; para nosotros, muchas veces los proyectos de satélites se limitan al papel y a un código, de ahí el afán por montar nuestra propia misión.
La parte técnica fue lo más simple. Encontrar un smartphone e instalarle un programa de tracking y otro para sacar fotos. La parte legal fue un poco más complicada. En EE.UU. no hay normativa y cualquiera puede lanzar objetos ligeros (de menos de 1 Kg.) sin pedir permiso alguno. En España, sin embargo, resulta más complicado; hay que avisar y pedir permiso con un mes de antelación y compilar unos cuantos formularios. Con un poco de paciencia, esta cuestión quedó pronto resuelta.
Por último, encontramos un vendedor de globos meteorológicos en Inglaterra y un suministrador de helio en Guadalajara. Y, de esta manera, ya teníamos preparada nuestra primera misión, el InZpace1. Milagrosamente, llegamos a la estratosfera en un día de tormenta y recuperamos el móvil con fotos maravillosas. Al día siguiente, ya estábamos planeando la segunda misión.
Cuéntanos en qué consisten la mecánica de la cápsula y la logística del lanzamiento...
Lo que hacemos es llenar un globo meteorológico con helio (el mismo helio de los globos de feria). Como el helio es más ligero que el aire, cada litro consigue "levantar" 1 gramo. Estos globos están hechos de látex. Son ligeros y muy elásticos. Nos hacen falta unos 5.000 litros de helio para poder levantar la cápsula (2 Kg); el globo(1 Kg) y tener suficiente empuje para subir rápidamente a la estratosfera (2 Kg). Los vientos aumentan con la cota y alcanzan entre los 13 y 15 km de altura, con una velocidad que puede llegar a los 300 km/h. Es lo que se llama jetstream, la autopista de la estratosfera. Durante la segunda guerra mundial, los japoneses quisieron usar el jet stream sobre el Pacífico para bombardear a los americanos con ¡¡bombas atadas a globos!! En nuestro caso, lo que necesitamos es pasar por allí lo más rápidamente posible para evitar que el globo se vaya demasiado lejos.
Como la presión del aire va bajando, el helio empuja las paredes del globo y hace que este aumente su tamaño. Mientras que en tierra el globo tiene el diámetro de un metro, a 30.000 metros, alcanza los nueve metros. Vamos, ¡una ballena! Al final, lo que sucede es que el látex no aguanta más y el globo revienta. Atado a la cuerda va el paracaídas, pero a 30 km de altura no hay casi aire, así que la primera parte de la caída es a toda velocidad; la cápsula rebasa, incluso, los 250 km/h. Por fin, se abre el paracaídas que irá frenando la bajada.
En la cápsula siempre lanzamos, junto con el móvil, un sistema de tracking por radio. El móvil, de hecho, deja de mandar sms a los 5 km de altura, por falta de cobertura. Incorporamos por eso dos radios, por si falla una. Además, instalamos cámaras, sensores y muchos otros objetos, simplemente porque nos hacen gracia, como muñequitos de goma eva (que llamamos "globonautas" y regalamos a los amigos para que escriban en ellos los mensajes que quieren lanzar al espacio), semillas de albajas para hacer "espaguettis estratosféricos", lúpulo para hacer "cervezas al aroma del espacio", dados y piezas de juegos de mesa, figuras de Lego y ¡hasta una flecha para un amigo arquero!
¿Qué objetivos habéis conseguido hasta ahora y cuál dirías que es el fin último del proyecto?
Lanzamiento tras lanzamiento, hemos aumentado la complejidad y la fiabilidad de la aviónica. Hemos pasado de lanzar un móvil a una electrónica customizada hecha por nosotros mismos, montada en una estructura impresa en 3D. Los materiales han cambiado y los sistemas en tierra, también.
Nuestro objetivo técnico es llegar a construir un pequeño satélite con el deseo de lanzarlo un día al espacio. Nuestro objetivo social es involucrar a los amigos y apasionados como nosotros en nuestra carrera espacial y hacer que vivan en primera persona la experiencia de alcanzar el espacio.
Conmigo ya lo habéis conseguido. He podido tocar el cielo con vosotros. Gracias, equipo de InZpace:
Guillermo Rodríguez
Ingeniero Aeronáutico
Rafael Rebolo
Ingeniero Aeronáutico y Profesor de Fluidodinámica
Jordi Xucla
Ingeniero técnico de Telecomunicaciones
Manuel Carmona
Graduado en Ingeniería Aeroespacial
Lorenzo Tarabini Castellani
Ingeniero Aeroespacial
Guillermo Rodríguez
Ingeniero Aeronáutico
Rafael Rebolo
Ingeniero Aeronáutico y Profesor de Fluidodinámica
Jordi Xucla
Ingeniero técnico de Telecomunicaciones
Manuel Carmona
Graduado en Ingeniería Aeroespacial
Lorenzo Tarabini Castellani
Ingeniero Aeroespacial
En la imagen, de izquierda a derecha, Guillermo, Lorenzo y Rafael, integrantes de InZpace |
¡Mirad qué maravilla!
Te ha quedado muy bonito.
ResponderEliminarQue buen día pasamos el día del lanzamiento!!!